domingo, 29 de marzo de 2015

Cena con Rope

El día de hoy tuve una cena canina con uno de mis mejores amigos (desde la infancia): "El Rope". No logramos obtener la acogida de antes con los compinches del grupo pero eso no se interpuso en los planes.
Cual típica cena Trujillana de amigos, nos encontramos al frente del Gitanillanos de Larco a debatir a donde atacar. Teníamos diversas opciones a nuestro alrededor: hamburguesas, costillas, pollo a la brasa con anfitrionas A1 (para jalar gente), chancho al palo, parrillas, entre otros. Por instinto (de curiosidad obviamente) fuimos a ver la carta (también) de los pollos pero resultó poco convincente a nuestro paladar y en un debate de 1/4 de segundo y por inercia ya estábamos caminando hacia el famoso Coco Torete de San Andrés.
En un panorama típico de: dueño cojo con perro sin correa, fuimos camino a nuestro restaurante charlando de nuestras últimas anécdotas. Ya en el restaurante hicimos un pedido diferente al típico pedido que hacemos como para salir de la rutina. El vino no se hizo esperar y ya estábamos humedeciendo la garganta para iniciar nuestra plática de amigos.
Entre los temas que hablamos tocamos uno muy importante: "el laboral". Compartimos nuestras últimas experiencias, nuestras metas a futuro y bueno algunas ideas de negocio que siempre es bueno compartir con amigos para retroalimentar los proyectos.
Íbamos parejos con las carnes. Ambas por la mitad así como las copas de vino que eran rellenadas por el mozo que se salvó de los aplausos de la gente por romper una copa al intentar dárselas de súper mozo. Coincidentemente tocamos el tema de "méritos" en el cual muchas de las empresas dejan pasar mucho tiempo para reconocer al trabajador que dedica y pone toda su capacidad para con la empresa y esta no tiene ni la mínima intención, ni por iniciativa propia ni por propia solicitud del trabajador a obtener quizás algún tipo de "incentivo". No pasará mucho tiempo para que el trabajador comience a buscar nuevas oportunidades y empresas donde buscar ser correspondido a sus espectativas. La empresa que dejó quizás se de cuenta muy tarde del trabajador que perdió, quizás no en la cantidad que le genere un desbalance de personal, pero si en la calidad que es un factor clave de las ideas y la metodología de trabajo que se venia desarrollando. En fin. Borrón y cuenta nueva.
Ya con las mandíbulas adormecidas por masticar los 400gr de carne que fue acolchada con ensalada y papas fritas, y todo esto macerado con 375ml de vino (aprox.) pedimos la "tacuen" y salimos en busca del siguiente paradero: "Grifo Amigo" - óvalo Larco.
"Estos se fueron a chelear seguro" dirá la mayoría. Pues no. La vejiga ya pedía ser descargada y era lo más cercano. El local estaba plagado de veintiañeros en búsqueda de alcohol mientras que nosotros intentábamos comprar café a una cajera en pleno cierre de caja. Tras la espera conseguimos nuestras bebidas calientes y fue lo que nos llevó a tocar otro tema de conversación: "los achaques".
Fue un ping-pong de achaques que al final creo que fui el ganador con un marcador: 5 - 1. Lo reconozco, el año pasado fue el mes de las consultas médicas pero ya saben: "mas vale prevenir que lamentar" y a estas alturas de la vida tenemos que recordar que "más vale pájaro en mano, que próstata reventando" así que no descuidemos los controles.
Salimos del grifo y comenzamos una caminata por la Av. Larco, viendo grupos de amigos tomando, borrachines siendo sacados de las discos, etc. Hablamos de películas que deberíamos ver antes de morir, actores cuya trayectoria deberíamos seguir y novelas brasileñas que están dando la voz! Ja!. No faltó por allí unos palomillas que nos dijeron "uuuuuUuUuuUuuu" al vernos conversar en plena noche Trujillana, en una esquina bajo la luz del poste!!!. Creo que eso fue el punto para darnos cuenta de la hora y que estábamos hablando muy cerca el uno al otro con las cabezas inclinadas! Ñaaaaauuuu!!! Jaja! Mentira.
El momento de la despedida había llegado, lo hicimos a nuestro propio estilo y cada uno tomó su ruta de regreso a casa. Cada segundo de las casi 5 horas valieron la pena como toda reunión de "M.W." (así llamamos al grupo). Un fin de semana con amigos para el recuerdo.
Cambio y fuera.